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sábado, 4 de julio de 2009

Algunos medicamentos pueden agravar a pacientes con AH1N1

El Universal

Médicos deben vigilar consumo de antiviral, ácido acetilsalicílico y antibióticos
El AH1N1 es un virus de rápida dispersión

Algunos medicamentos pueden causar complicaciones en pacientes con gripe AH1N1. Los antibióticos, el ácido acetilsalicílico y los antivirales utilizados sin supervisión médica pueden degenerar en problemas respiratorios, fortalecimiento de los virus, resistencia bacteriana y el llamado síndrome de Reye.

La internista e infectóloga María Antonietta Annunziato, de la Sociedad Venezolana de Infectología, considera que, efectivamente, es conveniente la estrategia oficial que limita el suministro del antiviral oseltamivir, o Tamiflú en su nombre comercial, sólo a los enfermos de AH1N1 que realmente lo ameriten. Éstos serían aquellos que presenten complicaciones graves de la influenza, especialmente respiratorias, o que conforman per se los grupos de riesgo, como los menores de cinco años y los mayores de 60, aquellos que sufren enfermedades crónicas debilitantes como cardiológicas, pulmonares, oncológicas o diabetes, inmunosuprimidos y embarazadas. En el caso de los portadores de VIH se sugiere suministrar una dosis mayor de antiviral. "Sin embargo, la administración de oseltamivir siempre debe ser vigilada permanentemente por un médico, porque puede producir problemas hepáticos", agregó.

Durante el III Simposio sobre Influenza Humana AH1N1, organizado por la ONG Brújula Internacional, la infectóloga explicó que el suministro excesivo de oseltamivir puede causar resistencia del virus y agravar la situación. Sugiere que para casos leves y moderados, que presentan sintomatología pero sin complicaciones respiratorias, el tratamiento se limite a fármacos como acetaminofén para controlar la fiebre, reposo e hidratación, además del aislamiento, absolutamente necesario en todos los casos para evitar la dispersión del virus. "El cuerpo suele combatir por sí mismo el virus", añadió la especialista.

"Se ha comprobado que el virus de influenza crece rápidamente a temperaturas menores que la corporal. Entre 38 y 38,5 grados de temperatura el cuerpo está en condiciones óptimas para luchar contra el virus. Sin embargo, la fiebre no debe pasar de 38,5 grados porque puede causar convulsiones y problemas de otra índole", expresó.

El abuso y la automedicación de otro tipo de fármacos también podría empeorar la condición del paciente con AH1N1. Los antibióticos sólo deberían ser suministrados con prescripción y vigilancia médica pues, igual que los antivirales, pueden crear resistencia bacteriana y complicar el combate contra la bacteria. En el caso del ácido acetilsalícilico, Annunziato es más enfática y desaconseja su uso, porque, combinada con la influenza, tiende a desencadenar complicaciones respiratorias. Además, expresa que no debe suministrarse a menores de 18 años, "pues puede desencadenar el síndrome de Reye", afección hepática que puede extenderse hasta el sistema nervioso.

El nuevo virus AH1N1 es una recomposición de cuatro tipos distintos de influenza, dos porcinas, una aviar y una humana, y entre sus características se encuentra la rápida dispersión. En tres meses y medio se ha propagado a 120 países y ha afectado a más de 80 mil personas.

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